Venciendo 21 a 16 a Corsarios y con ayuda ajena, Tiburones ingreso en semifinales.
Sábado de sol en el Club Comunicaciones, que calentó los corazones del equipo rojinegro. Nublado con posibilidad de precipitaciones, era el pronóstico que tenia Tiburones antes de comenzar el encuentro. No solo tenia que despejar la derrota ganando su propio partido, sino que debería esperar vientos favorables en la victoria de Cruzados sobre Osos Polares.
Una gran primera mitad de la defensiva de Tiburones, provocando errores en el rival y posibilitando a la ofensiva mayor tiempo en cancha y en consecuencia, mayor posibilidad de anotación.
Ya en la segunda mitad, con el resultado a favor 21 a 0, solo quedaba consumir el tiempo y que el partido finalizara. Pero los Corsarios demostraron porque eran los campeones y tiraron todo su poderío a la cancha, llegando a acortar la diferencia a solo 5 puntos, con menos de 2 minutos por jugar.
Pero Tiburones tenía un objetivo marcado a fuego en la piel de sus jugadores. Y ese objetivo se cumplió con la victoria 21 a 16.
En el cielo las nubes comenzaban a abrirse para que asome el sol tímido y cauteloso. Un sol de 4 cuartos, que podía iluminar o no, el futuro de Tiburones. Finalmente, la tarde soleada de primavera que tanto se pensó, se había vuelto realidad. Osos no pudo con Cruzados y el campeonato para Tiburones tiene, al menos, un partido más.
Ya no importan los errores que generaron las derrotas en la temporada regular, más que para aprender de ellos. Ya no importa el camino transcurrido, más que para mirar a este presente con la frente bien alta. Ya no interesan las estadísticas ni las fotos. Ni los resultados ajenos, ni las especulaciones. Lo que ahora importa son los latidos que hay en los corazones de cada Tiburón. Latidos que certifican que todavía hay vida y que el sueño es posible. Difícil claro, pero no imposible.
Jabalíes enfrentará a Tiburones el próximo sábado en Comunicaciones, por una de las semifinales de la liga de Football Americano Argentina.